“Fui formado por una escuela específica, que tenía una tradición específica (a propósito del Taller Torres Garcia Bio – Joaquín Torres García (torresgarcia.org.uy). Todo esto estaba muy bien instalado en una dialéctica cultural. Cuando llegas a Europa, te encuentras en un entorno mucho más internacional, donde los puntos de referencia son internacionales. En mis inicios en el viejo continente, trabajaba de memoria sobre las ideas que antes poseía. Pero esto no era dinámico, yo estaba encerrado en mi caja de recuerdos. Y bien, entonces, desempolve todo eso» (Ernesto Drangosch – entrevista de 1982 Arc en Ciel).
En 1979, Ernesto Drangosch abandona Barcelona e Ibiza y se radica en Paris. Se instala en la Cuidad Internacional de las Artes. Hace un cambio radical en su pintura, rompe con la doctrina constructivista (Artistas por movimiento: Constructivismo – WikiArt.org) y retorna a la figuración a través de la realización de obras sobre el tema de la danza, inspirado por el mundo artístico de su mujer bailarina clásica.
“Ernesto Drangosch retorna a los origines, retorna al dibujo realista del cuerpo humano en movimiento, en reposo, estudios de una precisión admirable, acumulados durante las sesiones de danza, retomadas en el atelier en acuarela o en óleo, muy a menudo en una gama de colores pastel, sutilmente azulados. La estructura angulosa de una simple silla plegable, negra, contrastando fuertemente con los cuerpos alargados, flexibles de las bailarinas, hace su aparición en la composición. Este objeto y sus variantes bajo la forma de escabeles o taburetes hacen parte de la «mise en scène» del pintor. Ellos arrebatan cada vez más el papel principal al ser humano. Poco a poco el accesorio, lo insignificante, es elevado al rango de actor” (Jessica Boissel – Conservadora del Museo de Arte Moderno – Georges Pompidou – Paris – 1998).